Introducción:
¿Estás pensando en obtener una hipoteca para comprar una casa? Si es así, es probable que hayas escuchado los términos “avalista” y “garante hipotecario”. A primera vista, puede parecer que estos dos roles son iguales, pero en realidad hay diferencias clave entre ellos. En este artículo, exploraremos en profundidad la diferencia entre un avalista y un garante hipotecario, y te ayudaremos a comprender cuál es la clave al elegir uno de ellos. ¡Sigue leyendo!
¿Qué es un avalista?
Empecemos por definir qué es un avalista. Un avalista es una persona que se ofrece como garantía personal para el pago de una hipoteca. Es alguien que se compromete a asumir las obligaciones del prestatario en caso de que este no pueda cumplir con los pagos. En otras palabras, el avalista se convierte en una especie de “respaldo” para el prestatario, asegurando al banco que, en caso de incumplimiento, habrá alguien más responsable de pagar la deuda.
Es importante destacar que el avalista no es propietario de la vivienda hipotecada, simplemente se compromete a responder en caso de que el prestatario principal no lo haga. Esta persona debe demostrar solvencia económica y tener la capacidad de asumir la responsabilidad de la deuda si es necesario.
¿Qué es un garante hipotecario?
Ahora, vamos a hablar sobre el garante hipotecario. A diferencia del avalista, el garante hipotecario es una figura más formal y legalmente vinculante. El garante hipotecario es una entidad o institución que se compromete a garantizar el pago de la hipoteca en caso de que el prestatario no pueda hacerlo.
El garante hipotecario puede ser un banco, una compañía de seguros o cualquier otra entidad financiera que tenga la capacidad de asumir la deuda en caso de que el prestatario incumpla. A diferencia del avalista, el garante hipotecario tiene un papel más institucional y sus responsabilidades están reguladas por contratos y asuntos legales.
¿Cuál es la diferencia clave entre ellos?
Ahora que ya sabemos qué es un avalista y qué es un garante hipotecario, es importante entender cuál es la diferencia clave entre ellos. En pocas palabras, la principal diferencia radica en la forma en que se asume la responsabilidad de la deuda.
Responsabilidad del avalista:
El avalista asume la responsabilidad de la deuda de forma personal. Esto significa que si el prestatario no puede pagar la hipoteca, el avalista debe hacerlo. El avalista se compromete a responder con sus propios recursos y bienes, lo que puede implicar la venta de sus propiedades o incluso la pérdida de su patrimonio.
Además, es importante tener en cuenta que el avalista puede ser requerido por el banco en cualquier momento, incluso si el prestatario aún no ha incumplido con sus pagos. Esto significa que el avalista debe estar preparado para asumir la responsabilidad en cualquier momento durante la duración de la hipoteca.
Responsabilidad del garante hipotecario:
Por otro lado, el garante hipotecario asume la responsabilidad de la deuda de manera más institucional. En caso de que el prestatario no pueda pagar la hipoteca, el garante hipotecario se encargará de hacerlo. Como entidad o institución financiera, el garante hipotecario tiene los recursos y mecanismos necesarios para hacer frente a la deuda.
Es importante destacar que el garante hipotecario no tiene un vínculo personal con el prestatario ni con sus bienes. Su responsabilidad se limita a cubrir el pago de la deuda en caso de incumplimiento. Esto significa que el garante hipotecario no tiene el derecho de exigir el pago al prestatario, sino que asume la responsabilidad por cuenta propia.
¿Cuál es la opción más conveniente?
Ahora que conoces la diferencia entre un avalista y un garante hipotecario, es natural que te preguntes cuál de estas opciones es más conveniente para ti. La respuesta a esta pregunta depende de varios factores, como tus circunstancias personales y financieras.
Si tienes un familiar o un amigo de confianza dispuesto a ser tu avalista, esto puede ser una opción viable. Sin embargo, debes tener en cuenta que el avalista asume un riesgo mayor, ya que está comprometiendo sus recursos y bienes personales. Por lo tanto, es importante asegurarte de discutir todos los detalles y riesgos con tu avalista antes de tomar una decisión.
Por otro lado, si prefieres una opción más institucional y sin la necesidad de involucrar a alguien personalmente, un garante hipotecario puede ser una alternativa adecuada. Las entidades financieras que ofrecen este servicio están especializadas en el manejo de riesgos y tienen los recursos necesarios para cubrir la deuda en caso de incumplimiento.
¿Qué sucede si el avalista o el garante hipotecario no puede pagar la deuda?
En caso de que el avalista o el garante hipotecario no pueda cumplir con su responsabilidad de pago, el banco tendrá derecho a ejercer acciones legales para recuperar la deuda. Esto puede incluir la venta de propiedades o bienes del avalista, así como la imposición de sanciones o intereses.
¿Es obligatorio tener un avalista o un garante hipotecario?
No, no es obligatorio tener un avalista o un garante hipotecario. Sin embargo, muchas entidades financieras solicitan una garantía adicional para otorgar una hipoteca, especialmente si el prestatario no cumple con ciertos requisitos de solvencia económica.
¿Cómo puedo saber si necesito un avalista o un garante hipotecario?
La necesidad de un avalista o un garante hipotecario dependerá de tu situación financiera y de los requisitos establecidos por la entidad financiera. Te recomendamos consultar con un asesor hipotecario o solicitar información detallada a la entidad antes de tomar una decisión.
Conclusión:
En resumen, la diferencia entre un avalista y un garante hipotecario radica en la forma en que se asume la responsabilidad de la deuda. Mientras que el avalista es una persona que se compromete personalmente a pagar, el garante hipotecario es una entidad o institución que se hace responsable de la deuda de manera más institucional. Ambas opciones tienen ventajas y desventajas, por lo que es importante evaluar tu situación personal y financiera antes de tomar una decisión. Recuerda que siempre es recomendable buscar asesoramiento profesional antes de firmar cualquier compromiso hipotecario.